lunes, 4 de mayo de 2015

SUBVENCIONA QUE ALGO QUEDA


ESCUELA SUPERIOR DE ARQUITECTURA DE MADRID, SEDE DEL INSTITUTO JUAN DE HERRERA




EL AYUNTAMIENTO DE SAN FERNANDO SUBVENCIONÓ TRABAJOS DE URBANISMO PARA PARLA Y VALDEMORILLO
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Aunque debemos reconocer que ya nada nos sorprende y el caso se remonta a 2009, no por ello deja de ser un feo e incomprensible asunto. En efecto, de las memorias del Instituto Juan de Herrera dependiente de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, sabemos ahora que el Ayuntamiento de San Fernando de Henares subvencionó a fondo perdido varios trabajos de urbanismo patrocinados por dicho Instituto. Pero lo que nos deja patidifusos es que los trabajos subvencionados lo fueron sobre la incidencia del planeamiento en los municipios de Parla y Valdemorillo, y que luego sirvieron de base a su vez para que esos Ayuntamientos realizaran sus respectivos trabajos relacionados con su planeamiento general.

No tenemos noticias de que dichos trabajos, generosamente pagados con nuestros impuestos, hayan tenido repercusión alguna en beneficio de nuestro municipio, ni tampoco que hayan sido justificados. Pero sabiendo cómo funcionan estas cosas, hay que concluir que somos unos pardillos. Porque, vamos a explicar cómo funciona este invento para sacarle la pasta (la nuestra claro) a Ayuntamientos como el nuestro poco escrupulosos en fiscalizar adecuadamente lo que se hace con el dinero de todos.

Un profesional, (en este caso es un arquitecto pero también podría llamarse Urdangarín y ser yerno del rey), conoce o tiene inquietudes políticas conmilitantes con alguien que manda en un Ayuntamiento. Y un día visita a ese cargo municipal y le pide en razón de su amistad y esa conmilitancia, que le subvencione una serie de trabajos de urbanismo (puede ser para otras cuestiones, claro). Y el mandamás le dice que le mande una carta a ser posible con membrete y bajo el paraguas de una prestigiosa institución docente (pongamos el Instituto Juan de Herrera). Y el generoso cargo (poco importa si es alcalde, alcaldesa o concejal), le transfiere una generosa subvención directamente (privilegio que tienen  estas instituciones de prestigio), y previa retención del 20% para la propia institución que ha servido de paraguas, el arquitecto destinatario se queda con el resto de la pasta. Y además, claro está, elige el contenido de ese supuesto trabajo. Y en este caso, como es un trabajo para otros municipios, cuando lo tenga (ya pagado por nuestra corporación) se lo ofrece a los gobernantes de esos municipios quienes es probable que piquen y a su vez le encarguen al avispado profesional completar con otros trabajos. He aquí cómo funciona el invento. 

Eso sí amigo lector de este blog, ahora levántese usted cada mañana para currar y pagar sus impuestos, a sabiendas de que un puñado de generosos administradores con el dinero que los demás le entregamos, acabará siendo objeto de un buen favor a un correligionario amigo del mandamás, pero eso sí, disfrazando toda la operación y con la complicidad prestada (y también cobrada, claro) por el noble manto de una institución respetada. No sabemos como decimos si nuestro Ayuntamiento exigió la justificación de esa subvención, pero teniendo en cuenta lo que ha sucedido con los 900.000 € subvencionados a la sociedad mixta PESF SL hoy en quiebra, no hace falta mucha imaginación para concluir lo que ha pasado con los  Informes sobre la incidencia de los planeamientos urbanísticos en los municipios de Parla y Valdemorillo. Doble contra sencillo. Paga San Fernando.

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