sábado, 18 de octubre de 2014

LOS QUE TOCAN EL PIANO

EN LA HEMEROTECA DE LA REVISTA MUNICIPAL PODEMOS VER A UNO DE LOS BENEFICIARIOS DE LAS BLACK CARD DE BANKIA

DEL CASO GULLÓN A LAS BLACK CARD DE BANKIA
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Corrían los finales de los ochenta y estalló en nuestro municipio el caso Gullón. Un escándalo del que ya hemos hablado en otras entradas, y cuyo desenlace final no obstante cobra plena actualidad pues los herederos del caso han requerido al Ayuntamiento para que les paguen (paguemos todos, claro), las millonarias indemnizaciones por los atropellos que sufrieron. Un caso con los rasgos caciquiles más bochornoso que pueden haberse conocido en los ámbitos de la política local democrática, ejemplo de un abuso de poder intolerable y de una inoperante justicia española que tardó nada menos que diecinueve años en reponer algunas cosas (no todas, desde luego) en su sitio.

Y el caso tuvo como es lógico su repercusión mediática y su cumplida respuesta en forma de comunicados, declaraciones, sobreactuaciones, representaciones, y demás liturgia exculpatoria partidaria a la que nos tienen acostumbrados hasta el vómito todos los partidos sin excepción. 

En una de aquellas urgentes comparecencias públicas acudió para defenderse el entonces alcalde de IU, ENRIQUE GUERRA, a una multitudinaria rueda de prensa rodeado de todas las fuerzas vivas del PCE local. Y, naturalmente, contó también con la presencia solidaria del entonces Secretario General regional de la formación comunista entonces: D. RUBÉN CRUZ ORIVE. Quien, miren por donde, acabó su provechosa vida militante en el balneario del consejo de Caja Madrid y nada menos que en su comisión de control. Disfrutó largo tiempo pues de las ya tristemente famosas tarjetas negras del consejo, con las que se fundió 233.700 € del ala. Y gozó también del favor de varios préstamos de la entidad.

Por supuesto, D. RUBÉN, en la que fue su puesta en escena de desagravio del entonces su correligionario alcalde GUERRA, arremetió contra el medio de comunicación que denunció el caso, contra la derecha, contra la oposición, y, en fin, alentó al alcalde acusado de graves irregularidades en la denuncia judicial, a no dejarse amilanar por la conjura de unas fuerzas oscuras, perversas y reaccionarias, que solo buscaban erosionar la acrisolada honradez de unos militantes forjados en la lucha contra la calumnia y la mendacidad de sus enemigos políticos.

Varios años después sabemos que el alcalde fue inhabilitado y condenado por el Tribunal Supremo por aquellos hechos con durísima ponencia de un magistrado simpatizante de IU, y que el bombero que vino en forma de secretario general del PCE entonces, movilizado por un impulso solidario con el alcalde acusado, acabó siendo aupado por su formación política, IU, años después al dorado destino de los elegidos: el consejo de Caja Madrid. Al que solo llegaban gozosos un selecto puñado de militantes políticos, sindicales, y empresariales, cual canonjía rediviva y en pago por sus desvelos militantes de otros tiempos. También sabemos que toca el piano y que, hasta hace muy poco, presidía una fundación privada que también se vio favorecida por algún trato de favor de Caja Madrid de la que era consejero.

También el alcalde inhabilitado (pero solo por año y medio por dilación indebida, es decir, por el retraso judicial imputable a la propia justicia), siguió gozando de inalterables destinos oficiales de oro (hoy parece que anda por Andorra en funciones docentes con cargo a un ministerio español). Bien que mientras tanto, los herederos de la familia Gullón víctimas de un desahucio municipal ordenado arbitrariamente entonces por el alcalde, siguen a la espera de recibir la justa indemnización por los gastos y demás daños morales recibidos. Eso sí, habrán de recibirlo en toda caso del Ayuntamiento (es decir, de todos nosotros), al ser declarado responsable civil subsidiario por nada menos que el Tribunal Supremo.

Y es así que el alcalde actual y correligionario de aquellos de entonces, anda haciéndose el remolón (tantos años después), para pagar la indemnización que habremos de soportar entre todos, por un atropello cometido por un conmilitante suyo, exculpado entonces de forma vehemente por D. RUBÉN, quien sin embargo hace unos días sería expulsado de IU por el uso de las tarjetas vips de Caja Madrid.

IU ha pedido perdón en su comunicado, por las conductas de sus representantes en Caja Madrid. Pero no lo ha hecho ni lo hará por la del alcalde de entonces en nuestro municipio, como se dice luego inhabilitado. Ni por supuesto, por el quebranto económico que dicha conducta ha causado a nuestro municipio y que habremos de pagar todos. Pedir perdón no cuesta nada a la formación política, claro, mientras sean otros los que paguen. Aquí, en nuestro municipio, una familia agredida, humillada, difamada incluso, y desde luego agraviada, espera una indemnización por los atropellos perpetrados hace años por un alcalde de la misma formación que ahora, después de tantos años de mirar para otro lado, dice estar abochornada por lo de las tarjetas y por ello pide perdón. Pero solo por lo de las tarjetas negras, claro.

Pero ¿le pedirán perdón a los herederos de Gullón por los atropellos a los que fueron sometidos? Es más, ¿pagará IU de su bolsillo la indemnización que tendremos que pagarle a la familia entre todos? Y lo que es más importante, ¿pedirán perdón por lo que han hecho los suyos en el caso Plaza de España? No hacen falta preguntas porque todos sabemos la respuesta: no lo harán. Todo son lágrimas indecentes de estos cocodrilos de la política, cuyos golpes de pecho suenan a una insultante superchería.

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