martes, 13 de agosto de 2013

DE MERCADERES Y VÍCTIMAS

Aspecto de una de las propiedades de la plaza de España que pertenecía a un solo titular, antes y después de la rehabilitación. La vieja y destartalada vivienda y el solar colindante fueron tasados a un justiprecio de 588.000 € (701,10 € por m2). Hoy, este mismo titular le reclama a PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL en el procedimiento del concurso de acreedores 2.728.000,00 €. Es decir, aproximadamente a unos 3.300 €/m2. He aquí un ejemplo magnífico de capitalismo especulativo puro, o cómo "añadir valor" a bienes raíces con la complicidad de un Ayuntamiento. Es la artificiosa multiplicación de los panes y los peces. Pero algo ha fallado en todo este delirio de la fiebre del oro en forma de burbuja inmobiliaria/financiera, porque falta el pobre pagano final: el comprador. 


 UN CASO DIGNO DE ESTUDIO

Cuando en el futuro sea estudiada en las cátedras de economía o en las escuelas de negocios las causas de nuestro actual desastre económico, deberían de poner como ejemplo de todos los vicios especulativos del negocio financiero/inmobiliario al que debemos todo el desastre, este caso de la plaza de España de San Fernando.

Una actuación relativamente sencilla diseñada por la propia administración actuante, el Ayuntamiento, a gestionar por expropiación, acabó derivando hacia una borrachera especulativa consistente en que una parte de la actuación (el 49%) tendría que soportar los costes del resto (el 51 %). Estos últimos además no pondrían un solo euro, y sin embargo habrían de recibir los nuevos inmuebles en la misma proporción aportada pero totalmente reformados, sin coste adicional alguno para ellos.

El justiprecio fijado lo fue incomprensiblemente en forma de tasación conjunta, y si bien lo acordado en el pleno del 28 de mayo de 2008 (cuando fueron aprobados los convenios expropiatorios) lo fue por justiprecios diferentes para las construcciones y para el suelo, finalmente, cuando fueron a constituir la sociedad mixta el día 9 junio de 2008, las condiciones acordadas se las saltaron a la torera y acordaron fijar un justiprecio único (para cualquier clase de aportación, ya fuera de suelo ya de construcciones) de 701,10 €/m2. Para todos igual. En realidad lo que hizo finalmente el Ayuntamiento es convertir lo que era un sistema de expropiación en un sistema de cooperación, pero exonerando a los propietarios del pago de cantidad de ninguna clase. Nada de lo que se ha hecho finalmente por el Ayuntamiento en esta actuación, tiene encaje legal en ninguno de los sitemas de gestión vigentes.

El Ayuntamiento, cuando aprobó los convenios el 28 de mayo de 2008, obligaba en realidad a asumir unas desorbitadas obligaciones a la futura sociedad mercantil mixta que iban a designar como entidad "beneficiaria" de la actuación: las cargas de ejecutar los inicialmente 18.693 m2 de la operación, pero pagándolos solo con poco más de 8.000 m2. He aquí el primer gran error de cálculo que, no obstante, pensaron subsanarlo mediante la ilícita aportación a la sociedad mixta de la plaza de España y de su subsuelo, ambos demaniales de titularidad pública.

Pero solo fue cuestión de tiempo y del formidable descontrol habido. La actuación duró lo que duró el dinero que puso Caja Madrid. Una gestión calamitosa y a nuestro juicio culposa, hizo todo lo demás. Eso y el estrepitoso estallido de la burbuja, claro, que vino a dar la puntilla. La demanda que esperaban recibir en forma de compulsivos compradores de todo lo que se construía aunque solo estuviera en proyecto, se convirtió en eso: pura demanda insolvente. Y así acabó también el enloquecido señuelo desatado por la propiedad de bienes raíces que nos asoló como una plaga bíblica durante todos estos años, pero arruinando la economía del país, endedudados hasta las orejas las familias y las empresas, y ahora el Estado. Y uno de los ejemplos más evidentes de este formidable fiasco colectivo puede ser este de nuestra plaza de España. Impulsado además por la ensoñación delirante de unos políticos de una corporación pública, que no se habían enterado de que la fiesta inmobiliaria en forma de orgía especulativa que todo lo tapaba, había concluido justo cuando comenzaban ellos la actuación.

***
Naturalmente, en esta actuación hay víctimas propiciatorias que se vieron arrastradas por la moderna versión del tocomocho inmobiliario, confiados en que si al frente del invento estaba el Alcalde, todo serían ventajas. Pero también hay mercaderes que olieron el fabuloso negocio y ahora vuelven su vista hacia el Ayuntamiento, claro, exhibiendo los famosos convenios.

Que el Ayuntamiento acabará siendo quien pague los destrozos de este delirio municipal, parece evidente que será poco menos que inevitable. Y no habrá caso de mayor injusticia, porque los responsables de este descabellado invento se irán probablemente de rositas. Por ello, es bueno que el personal vaya conociendo algunos detalles de lo que, si nadie lo remedia, será el más agraviado escarnio que se haya cometido en nuestro municipio por parte de unos gestores públicos irresponsables, metidos a promotores inmobiliarios sin tener ni idea y, lo que es más lamentable, sin exponer ni un duro de sus bolsillos, sino de todos los demás. Y en esto no se salva grupo alguno.

El caso que exponemos en las fotografías de arriba es bien representativo de lo que decimos. Un inmueble que pertenecía a quien fue un alto funcionario municipal adscrito al área de Hacienda y que fue adquirido hacia los años setenta, presentaba el lamentable aspecto de una de las fotografías. Se trataba de una de las pocas viviendas de la plaza de España que aún conservaba elementos auténticos de su construcción original. Pero estaba prácticamente en ruinas. Su propietario no había gastado un euro en su conservación, salvo para apuntalar la construcción para que no se cayera. Junto con el anexo, la finca en cuestión tenía 740 m2 y fue tasada para el justiprecio en 588.000 €. Hoy, este propietario le reclama a la sociedad mixta 2.728.000 €. Es decir, 3.300 €/m2 cuando el precio de la tasación lo fue por 701,10 €/m2. Este propietario, además, naturalmente no vivía en esa casa, lo cual no le impide tampoco reclamarle a la sociedad mixta PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL importantes cantidades en concepto de indemnizaciones por realojo. Ver para creer.

El propietario en cuestión es además muy afortunado porque cuenta con un formidable patrimonio inmobiliario en nuestro municipio: dos locales (uno en Parque Henares y otro en la calle de la Huerta donde tiene su sede el PSOE local). Por supuesto una céntrica vivienda habitual, dos solares al final de la calle de la cuesta de la Grilla, y otra amplia finca en uno de los sectores clasificados por el nuevo PGOU para usos terciarios e industriales. Ah, y un solar urbano que perteneció a la promotora quebrada COPASA, y que fue embargada por el propio Ayuntamiento por el impago precisamente de tributos municipales. Como decimos, es muy posible que el Ayuntamiento, como responsable subsidiario, tenga que pagarle a este propietario los 2.728.000 € que le reclama a la sociedad insolvente mixta que, para más desconcierto, preside el alcalde.

En este drama del "caso plaza de España" hay desde luego víctimas, pero también hay avispados mercaderes. Pero, si finalmente se confirman los negros presagios, víctima de este impresentable fiasco lo será sin duda el propio Ayuntamiento. Es decir, todos nosotros.


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