viernes, 22 de marzo de 2013

SAN FERNANDO EN WALL STREET

AVISO A NAVEGANTES
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Pocos sanfernandinos imaginan esta historia. Hace unos cuantos meses, entre las numerosas notas relevantes enviadas a la SEC (Securities and Exchange Commission) de la bolsa de Nueva York, una fue objeto de atención por los más conspicuos y avispados brókers de Wall Street. Y no era para menos. En el centro mismo del capitalismo mundial donde la especulación financiera tiene su templo más venerado, se preguntaban con curiosidad si en un pequeño pueblecito de España se habían vuelto locos o simplemente habían descubierto algún yacimiento de petróleo. Una compañía americana con sede en el paraíso fiscal del estado de DELAWARE, enviaba en el año 2011 una comunicación relevante dirigida a accionistas, inversores y brókers de Wall Street. Les anunciaba haber alcanzado un formidable acuerdo con las autoridades municipales de ese pueblecito español, en virtud del cual la corporación municipal adquiría a la  multinacional de DELAWARE sus instalaciones industriales localizadas en las afueras del pueblo por el nada despreciable importe de 18,1 millones de dólares. La multinacional obtenía así unas formidables plusvalías atípicas añadidas y sus ejecutivos aún se frotan los ojos. Porque, además, el "rico" municipio en cuestión no compraba sus instalaciones industriales para mantenerlas o ampliarlas, sino para desmantelarlas y convertir su solar de unos 27.000 m2 en una zona verde. Es la zona verde más cara del mundo. El municipio en cuestión es el nuestro: San Fernando de Henares. Veamos cómo está este nuevo lío que nos deja D. JULIO.

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El PGOU clasifica esta finca como sistema general verde y al mismo tiempo ha incorporado al Catálogo de Edificios Protegidos sus instalaciones. Su obtención y desmantelamiento es un requisito previo para la ejecución de la Unidad de Gestión UG-5, con uso residencial.
A la derecha de la carretera de circunvalación dirección Mejorada, hay unas instalaciones de un planta química localizada allí desde los años sesenta entonces propiedad de una empresa española conocida como QUÍMICA IBÉRICA. Hacia los años ochenta fue adquirida por la multinacional química belga UCB. Algunos años después UCB fue adquirida a su vez por CYTEC INDUSTRIES INC., una multinacional química americana con sede en el paraíso fiscal de DELAWARE. CYTEC tiene presencia en 19 países y su volumen de negocio en Europa representa el 30 % del total. La planta de San Fernando dedicada a la fabricación de resinas sintéticas es insignificante a efectos del total de la producción industrial de CYTEC, y cuando a finales de los noventa comenzó a cerrar sus plantas en España y Francia, nadie se explicaba cuál era la razón por la que la insignificante planta (para su volumen de negocio) de San Fernando de Henares, no era cerrada también. Y la razón era sencilla: el PGOU de 2001 clasificaba esta instalación como futura zona verde y debía de ser expropiada.  Los ejecutivos de CYTEC, alarmados, buscaron asesoramiento legal a través de un famoso despacho de abogados madrileño, que les explicaron la situación y los tranquilizaron. Aquí, en España, esto significa negocio, un buen negocio. Y comenzaron a pleitear contra el Ayuntamiento que perdió varias sentencias. Todo era una estrategia para ganar valor o cuando menos no perderlo. Y así fue, en el año 2010 firmaron un convenio. El Ayuntamiento le pagaría a CYTEC 13,5 millones de euros: 4 millones en el 2011 y el resto en el 2012. He aquí la zona verde más cara del muncipio. Más cara incluso que el viejo solar de Echeveste.


La nota remitida a la SEC de la Bolsa de Nueva York como hecho relevante por CYTEC IDUSTRIES INC y donde se da cuenta a inversores y accionistas del acuerdo alcanzado con las autoridades municipales de San Fernado, y el monto total de la operación: 18,1 millones de dólares. En el año 2011 el Ayuntamiento pagó 4 millones de euros, y a comienzos de 2012 CYTEC recibió otros 2,1 millones de euros. Quedan por pagarle aún otros 7 millones que deberían de haber sido hechos efectivos a finales de 2012. No tenemos conocimiento de que hayan sido abonados.


 

La Unidad de Gestión UG-5 es de propiedad municipal y proviene de una parcela dotacional o zona verde del viejo Plan Parcial de Parque Henares. Es la última parcela donde pueden construirse viviendas en San Fernando, pues se halla prácticamente colmatado en su casco residencial. Esta unidad solo puede ponerse en marcha si las instalaciones de CYTEC son desmanteladas previamente, y una línea de alta tensión de transporte eléctrico es también soterrada. Como puede verse, esa Unidad está rodeada de todo tipo de actividades incompatibles con el uso residencial: una peligrosa química de CYTEC, la molesta y nociva de la depuradora, y la del cementerio.

El Equipo de gobierno procedió a parcelar la UG-5 en 6 lotes y a sacar a concurso su venta en plena crisis. El resultado fue que el concurso quedó desierto, lo que propició que el Equipo de Gobierno adjudicara directamente las parcelas a otras tantas empresas (casi todas gestoras de cooperativas) por el precio de 13 millones de euros. Con ese dinero pagarían a CYTEC. Pero a los pocos meses, varias de las adjudicatarias renuciaron y se inició un oscuro proceso de nuevas adjudicaciones a las actuales empresas que promueven sus edificaciones. Parece ser que un juzgado de lo contencioso ha venido a anular las adjudicaciones hechas por el Ayuntamiento, lo cual añade más incertidumbre y confusión a la actuación.

No es que hubiéramos descubierto un yacimiento de petróleo como pensaban los brókers americanos, sino que teníamos nuestro propio yacimiento: nuestra particular fiebre del oro que llamamos burbuja inmobiliaria. Es el paradigma de nuestra peculiar idiosincrasia; desmantelamos industrias que pagamos a precio de oro a multinacionales americanas. Luego construimos viviendas que pagan los paganos adquirentes finalistas con un sobrecoste indescriptible. Pero ellos no lo saben, es como un impuesto invisible. 

En Wall Street, donde residen y trabajan los menos escrupulosos especuladores del mundo, no consiguen entender nuestra forma de añadir valor artificial a nuestros activos. Pero ellos ignoran, sin embargo, que gracias al formidable "valor añadido" que hemos aplicado a nuestros activos inmobiliarios (insostenible) hemos conseguido ser nominalmente más ricos que los alemanes. ¡Quién nos lo iba a decir!

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