sábado, 16 de marzo de 2013

JULIO SETIÉN: ¿RENUNCIA O HUIDA?

D. JULIO SETIÉN Y SU MAESTRO DE CEREMONIAS EL CONCEJAL JOAQUÍN MARTÍNEZ. PRESIDENTE Y CONSEJERO DELEGADO QUE FUE RESPECTIVAMENTE DE PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL, HOY EN CONCURSO DE ACREEDORES Y PUEDE DECIRSE QUE EN INEVITABLE QUIEBRA NECESARIA.
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D. Julio SETIÉN ha renunciado a su cargo de Alcalde del Ayuntamiento de San Fernando de Henares para el que fue elegido en junio de 2011. Alega causas personales, que es, como sabemos bien, la forma más o menos críptica de eludir las verdaderas razones: el desastre de su gestión en la unidad UE-1 por la mercantil que preside, y el evidente desgaste del grupo municipal de IU muy cuarteado en su unidad. 

Ha tramitado su jubilación y se marcha abandonando así una larguísima carrera política en las instituciones, desde que allá por el lejano año de 1982 comenzara a cobrar de una institución pública. Del Ayuntamiento de Madrid a la Asamblea Regional, pasando por el Ayuntamiento de Coslada como cargo de "confianza" (lo que en el argot de la calle conocemos como "asesores") para continuar con el Ayuntamiento de San Fernando de Henares. Este hombre ha sobrevivido a todas las crisis de IU. Consiguiendo, además, mantenerse siempre a flote y cobrando de los presupuestos institucionales de una u otra forma. Vamos, es lo que el pueblo liso y llano llamamos con más propiedad un auténtico profesional de la política. Tanto que, cuando ha cumplido 65 años, va y se nos jubila. ¿Hay alguna forma mejor de demostrar que la política era su medio de vida, y que solo la bandona cuando tiene garantizado el paraguas de la pensión del Estado?

LOS AGUJEROS QUE DEJA
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D. Julio SETIÉN, además de Alcalde - Presidente del Ayuntamiento de San Fernando de Henares, es también presidente de la Empresa municipal de suelo de San Fernando SA (EMS, de capital íntegramente municipal), y de la mercantil mixta privada PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL. En todas ellas dejará un formidable agujero económico, pero sin duda la que se lleva la palma es la empresa mixta de la que, suponemos, dimitirá también.

Con la empresa en concurso de acreedores y un pasivo exigible que él mismo cifra en más de 81 millones (ahora van apareciendo nuevos acreedores que no figuraban en los balances y que pueden hacer que la deuda real supere los 100 millones), es la más incuestionable evidencia de cómo las ensoñaciones voluntaristas de un político pueden acabar en pesadilla para todo el pueblo si se juntan apenas tres cosas: el nulo conocimiento de lo que hace, la complicidad de otros, y, naturalmente, la debacle del que pone la pasta. En este caso, cómo no, Caja Madrid. 

San Fernando de Henares se suma así a la ya larga lista de instituciones y municipios que han quedado en la más absoluta y enmarañada situación, con megaproyectos paralizados y con una interminable nómina de acreedores que no cobran. Es la huella de operaciones diseñadas para mayor gloria de sus mentores, al calor de la burbuja inmobiliaria que se movió entre la megalomanía más irresponsable y la estulticia más provocadora. D. Julio SETIÉN es el más significado responsable de este desastre local llamado plaza de España, cuyo desenlace no puede ser otro que la quiebra necesaria de la sociedad mercantil que aún hoy día preside. Él, y un buen elenco de cómplices, comenzando por su grupo municipal y los de la oposición, aunque en este último caso hay grados de complicidad desde luego.

EL PANORAMA QUE NOS QUEDA
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No cambiarán mucho las cosas desgraciadamente porque la inercia de la herencia que deja el Alcalde,  condicionará lo que queda de mandato y quién sabe cuántos más. Si D. Julio SETIÉN se caracterizaba por el más radical y obstinado sostenella y no enmendalla y por su escasa predisposición a decir la verdad y a escuchar, es de desear que quien le suceda al menos levante la vista, tienda la mano, y trate de hacer un pacto con los grupos de la oposición para sacar adelante, si es que ello es posible, la grave situación que SETIÉN deja y que amenaza la viabilidad del propio Ayuntamiento. Sería lo más sensato, lógico e inteligente. Y además, nos debe a todos los vecinos una explicación que SETIÉN se negó a darnos de manera contumaz, así como su más enérgica disposición a que los responsables de este monstruoso desaguisado no se vayan de rositas. O eso, o su complicidad total con el oscurantismo y la sensación de que todo se le ha ido de las manos a IU, por no haberle cortado las alas antes al Alcalde que ahora abandona, además de en el momento más inoportuno para el interés municipal, sin haber dado explicación alguna que no sean los típicos brindis al sol (ayuno voluntario incluido), o los más rancios tópicos de mal pagador y peor gestor.

El grupo municipal de IU tiene pues un dilema: o la regeneración más absoluta o el continuismo cómplice. O valor para arrojar luz sobre lo que ha pasado en PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL, o la cobarde complicidad con SETIÉN y su incapacidad para entender la ya desbordada exigencia ciudadana que recorre a las gentes de toda condición, incluidos sus propios votantes.

Pero los tiempos políticos que corren no parecen ser propicios a juzgar por la escalada que se avecina y en la que van a incurrir, para nuestra desgracia, los tres grupos municipales. La situación crítica presupuestaria con millonarios déficits un año tras otro, lejos de intentar ser corregidos son alentados por la oposición con propuestas y mociones que los incrementan. Es la prueba del nueve de que la irresponsabilidad es contagiosa y no solo es patrimonio del gobierno municipal, sino también de aquellos que no siendo gobierno critican el grave desequilibrio presupuestario, pero al mismo tiempo piden más leña al fuego sin hacer el más mínimo esfuerzo de responsabilidad. 

El gasto desbocado puede acabar ahogando la gestión municipal hasta convertirla en inoperante, incluso para aquellos servicios que la ley establece como obligatorios. No parece que vaya a cambiar nada desgraciadamente. Si acaso, para el ciudadano normal y corriente, es decir, para el sufrido contribuyente, el descubrimiento de que las caras y poco meditadas ensoñaciones de los políticos siempre acaban repercutiendo en sus bolsillos. Y no seremos nosotros quienes digamos que no nos lo tegamos merecido. Y tampoco que no estemos avisados.



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